A modo de introspección, me gustaría hablar sobre cuánto han cambiado mis prioridades en la vida desde que dejé de beber alcohol. Al principio de este viaje por mares de dudas y de desconfianza en las propias posibilidades, mis preguntas se centraban en si el cuerpo y la mente recuperaban sus condiciones originales. Con la perspectiva del tiempo y 3 tres años sin beber, considero que esto es así pero no al cien por cien. El paso de los años y el constante maltrato al cerebro esta claro que han dejado mella. Pero también las experiencias vividas, buenas y malas han influido. Lo que pretendo explicar es que cuanto antes se deje el alcohol, mejor.