
Muchos oradores y escritores animan a marcarse metas, pero la mayoría nunca han explicado por qué esta es una disciplina tan poderosa más allá de decir que
«Algo mágico sucede cuando pones tus metas por escrito”
En mi opinión, marcarse unos objetivos claramente definidos para todas las áreas de la vida funcionan por tres razones.
Primero, porque restaura una suerte de centro en tu mundo, un mundo que se ha hecho muy complicado debido a que hay demasiadas opciones.
En esta época en la que vivimos, sencillamente hay demasiadas tareas que hacer en un solo instante. Hay demasiadas distracciones que compiten por nuestra atención. Los objetivos aclaran nuestros deseos y, al hacerlo, nos ayudan a concentrarnos sólo en aquellas actividades que nos llevarán a donde queremos llegar.
Marcarse objetivos claramente definidos te proporciona un marco para tomar decisiones mejor fundadas. Si sabes precisamente adónde te diriges, te resultará mucho más fácil seleccionar aquellas actividades que te llevarán allí. Anotar tus metas hace más claras tus intenciones (y el primer paso para saber cuál es tu visión es definirla). Como escribió en cierta ocasión el novelista Saul Bellow:
«Un plan claro te alivia del tormento de elegir”
O como escribió el autor Glenn Bland:
“Los objetivos y los planes libran la vida de la preocupación”. Si te marcas objetivos, las acciones que emprendas serán acordes con la misión de tu vida en lugar de con tus estados de ánimo cotidianos.
La segunda razón de que marcarse metas funciones es que te mantiene abierto a las oportunidades. La disciplina casi magnetiza tu mente para buscar nuevas oportunidades, aquellas que necesitas aprovechar para crear la vida personal, profesional y espiritual que deseas.
Y la tercera razón es que los objetivos claramente definidos te comprometen en un curso de acción. Te proporcionan la inspiración para actuar según tus prioridades y hacer que las cosas sucedan en tu vida en lugar de esperar a que las oportunidades te caigan en el regazo (lo que raramente sucede).
Seleccionar objetivos que te seduzcan y te motiven es una de las mejores maneras de estimular tu compromiso personal con la vida y de incrementar la energía que imprimes a tus días.
Por eso, márcate grandes objetivos. Sólo puedes llegar a ser rico, tanto material como espiritualmente, en la medida que sean ricos tus sueños. O, como lo expresó el genio de la publicidad David Ogilvy:
“No golpees la pelota a medio gas. Apunta fuera del campo. Apunta para contarte entre los inmortales”.
Extraído del libro de Robin S. Sharma: Lecciones sobre la vida del monje que vendió su Ferrari