
Anotaciones en el Cuaderno de Bitácora de la nave VIVIRSINBEBER que a modo de registro y constancia llevo a cabo como Capitán al mando durante la singladura de la semana 16 del mes de Abril del año 2020 y fondeados en el puerto de abrigo de Barcelona.
Superados los 30 el días confinados por el COVID-19 y a bordo, aún a sabiendas de la poca certidumbre existente al respecto de la deseada vuelta a la normalidad, la sensación emotiva y temporal es de haber cruzado el ecuador del confinamiento.
La inercia animosa y creativa de la primera quincena se disipa poco a poco en calma y silencio, tanto exterior como interior, en la segunda. Saber que cientos de miles de personas están muriendo en todo el mundo impone un serio respeto a la enfermedad y un obligado cumplimiento de las normas higiénicas y de seguridad a seguir a bordo decretadas por instancias superiores..
Iniciada la 3 quincena en que los estímulos exteriores son mínimos el viaje interior se impone, profundiza y evidencia las carencias sobre todo personales, lo superfluo de las necesidades, lo redundante de los pensamientos y lo limitante de las creencias que anidamos a nivel individual, de pareja, familiar y social.
«Aquel que mira fuera, sueña. Aquel que mira hacia adentro, despierta«, decía Carl Jung y es que ya sabemos que la experiencia no es lo que te sucede, sino lo que haces con lo que te sucede. Esta situación excepcional puede ser una oportunidad también excepcional para observar todo lo anterior para crecer y evolucionar.
«Aquel que mira fuera, sueña. Aquel que mira hacia adentro, despierta«
Carl Jung
Recuerdo en el pasado, en alguna ocasión haber deseado que se parase el mundo y así poder bajarme 😉 Iluso de mi. Pero mira por dónde, quién lo iba a decir: ¡Esto también sucedió!. El precio a pagar será muy alto pero proporcionalmente alto también es el potencial que albergan estas semanas de confinamiento obligado.
Fondeado ya varias por 6 semanas en puerto de abrigo, aflora por sí sola una de las muchas virtudes que adornan a un Capitán: La Paciencia. Y es que, el saber esperar es un pequeño secreto a valorar en estas situaciones de crisis, pues sin duda el no saber esperar conduce al desastre.
En este sentido, se presenta la gran oportunidad de mirar para adentro y ejercitar la paciencia en sobrio y austero confinamiento. La vida plena no es otra cosa que ser consciente de esa vida, del ser desprendido de los muchos yoes que tenemos, la preferencia por el mundo interior y de la actitud ante la vida en elegante sobriedad.
¡Por el Gran Batracio Verde, … Que gran oportunidad para saber de que madera estamos hechos! Explora, experimenta, juega. No esperes una receta exacta o mágica de ningún gurú. Si te la dan, te están engañando. Solo tú sabes la respuesta a tus preguntas: cómo, cuánto, cuándo, con qué, porqué y para qué. Lo que pasa es que tienes que descubrirlo. Para ello aprovecha el tiempo y la oportunidad.
La disciplina a la tripulación se le supone. La implicación y actuación personal de cada tripulante determina el éxito del grupo, el llegar a puerto en tiempo y forma; así como el escrupuloso cumplimiento de la misión y sobre todo, el mantenimiento del buen estado de ánimo y de salud de todas las personas cercanas. Una sobriedad consciente, sus necesarios beneficios y capacidad transformadora, se hace tan recomendable como imprescindible para superar tanto el presente confinado como el futuro en libertad en un mundo post-Covid19.
Aunque la nave permanezca amarrada a puerto las rutinas y las guardias se han de mantener y reforzar: Nos regalan miedo para vendernos seguridad. ¡Mantente sobrio y observador! La consigna es insistir, persistir, resistir y nunca desistir. Después de la tormenta siempre viene la calma y después de la pandemia toca, no reconstruir lo perdido si no, construir un nuevo horizonte común y respetuoso, sobrio y alcanzable.
Por favor, ten cuidado ahí afuera y adelante con ilusión.
Salud & Sobriedad.
